miércoles, 24 de septiembre de 2008

Una trayectoria imposible

La que realizó, al parecer, un misterioso objeto luminoso que fue visto en la ciudad de Oviedo en el año 1944. Por lo tanto, y ante tan sorprendente recorrido aéreo, el señor Jiménez incluye la observación en su lista de ovnis anteriores al año 1947.

Este es el relato que cuenta, el citado autor, en sus Ovnis antes de los ovnis:

Una tarde del mes de agosto de aquel año Luis Albisu, empleado de una entidad bancaria, observó entre las calles de Marqués de Teverga y Matemático Pedralles la súbita aparición de un objeto en forma de disco que volaba en posición vertical y muy próximo al tejado de algunas casas. Emitiendo una extraordinaria fluorescencia, el aparato parecía que se iba a estrellar contra uno de los edificios de la barriada pero, en el último momento, consiguió elevarse nuevamente y desaparecer del lugar en absoluto silencio...” (Encuentros... pág. 353) (el resaltado es mío)

La narración va acompañada de una fotografía donde se ha dibujado el ovni con forma de balón de rugby (¿no tenía forma de disco vertical?) siguiendo una trayectoria casi en ángulo recto. El pie de la foto explica lo siguiente:

“Foto 18.- Aquel artefacto hizo un giro imposible antes de perderse en los cielos...” (Pág. 353)

Pero resulta que la fuente original de este caso se puede consultar en una monografía del C.E.I.: Casuistica de los años 1900 a 1949 (Barcelona, noviembre de 1996, pp 74-77). En dicho trabajo se publica un cuestionario, rellenado por el observador en marzo de 1969, donde se detalla el avistamiento que nos ocupa en esta entrada. Leyendo el formulario, se puede comprobar que la versión de Jiménez omite un dato esencial y tiene varios elementos inexactos, uno de ellos fundamental para descubrir la naturaleza de lo observado.

La aparición del fenómeno celeste, según Luis Albisu, ocurrió en el verano de 1944 y a las 10 de la noche. Pero la trayectoria imposible del objeto, dato importante que hace que el caso parezca misterioso y sea calificado como un OVNI, no fue como la describe el señor Jiménez. Veamos lo que dice el observador sobre este punto:

“iba en línea recta y (ilegible) rasante, pasando a menos de ½ metro por encima del tejado de una casa...”

“fue recto, a la misma velocidad (mucha), impidiendo verlo durante más tiempo por la casa marcada con el nº 2.”

“Parecía que iba a chocar contra la casa pero no...”

O sea, que el fenómeno celeste se desplazó en línea recta ¡No hubo giros imposibles ni cambios de trayectoria!

Otro elemento primordial, que no cita el mencionado autor, es el tiempo que duró la observación. Según L. Albisu, éste fue: “de 1´´ a 2´´ (uno a dos segundos)

El objeto tampoco desapareció, como escribe Jiménez, perdiéndose en el cielo. El testigo dejó de verlo porque la casa nº 2 tapó su trayectoria. En el siguiente dibujo, realizado por Albisu y tomado de la monografía del C.E.I., puede verse la ubicación del observador y la trayectoria del cuerpo celeste.


El fenómeno, según Albisu, tenía forma de esfera o disco vertical, como la Luna, y era del mismo color y brillo que ésta. Tamaño aparente, algo superior al citado astro. Tamaño real, de 1 a 2 metros de diámetro. No dejaba estela, volaba a unos 30 metros de altura, de Este a Oeste, en silencio y su velocidad era rapidísima.

La descripción del cuerpo celeste tiene todas las características de la visión de un bólido espectacular. En estos casos, las estimaciones a “ojo” de distancias, alturas y tamaños suelen contener muchos errores y, por lo tanto, no son fiables. Por otra parte, la aparición de un meteoro espectacular a poca altura sobre el horizonte puede crear el efecto de vuelo rasante que parece rozar los tejados de las casas.

Conclusión: ¡otro bólido convertido en un OVNI por arte de birlibirloque!

lunes, 15 de septiembre de 2008

El "extraño" meteoro de 1903

Cuando un fenómeno celeste resulta llamativo o espectacular y además presenta, aparentemente, alguna rareza o diferencia con lo que se suele pensar que es lo normal, tiene todas las papeletas para ser incorporado a los listados de ovnis inexplicables.

Eso ha ocurrido con un bólido visto en Madrid en la noche del viernes, 16 de octubre de 1903. La llamativa observación suele ser descrita en libros, más bien poco críticos, sobre ovnis como una aparición aérea misteriosa. Por ejemplo, en el libro de Iker Jiménez: Encuentros la historia de los O.V.N.I. en España (Madrid, mayo 2000) y en la sección: Ovnis antes de los ovnis, aparece incluido el caso que, según el citado autor, dejó miles de claves que todavía nadie ha podido responder.

De una monografía del Centro de Estudios Interplanetarios, Casuística de los años 1900 a 1949 (Barcelona, noviembre de 1996), he obtenido el siguiente relato del avistamiento:


Esa misma narración fue publicada por el señor Jiménez en su mencionada obra y, por lo visto, la extrañeza que presentaba el fenómeno, que le ha convertido en un ovni visto antes de 1947, es (además de las diferencias que exhibía con las estrellas fugaces) su proximidad al suelo y su desaparición instantánea. Esto es lo que escribe el divulgador de “misterios”: “La proximidad al suelo y su repentina desaparición dejaron en el aire miles de claves que, casi un siglo después, nadie puede responder.” (Pág. 340) (El resaltado es mío)

Por lo general, la estimación a “ojo” de la altura a la que aparece un bólido suele ser errónea. Cuando el meteoro es muy brillante y espectacular, suele dar la impresión de estar mucho más bajo de lo que en realidad está. Sobre la desaparición instantánea no hay ningún misterio. Las estrellas fugaces y los bólidos se esfuman de repente.

En la prensa de la época podemos leer cuáles fueron las diferencias que este meteoro luminoso tenía con las estrellas fugaces: “Pero el fenómeno que anteanoche entre diez y cuarto y once y cuarto se observó en Madrid, fue en su aspecto muy diferente que el que las estrellas fugaces ordinariamente presentan...”

“¿Cómo explicar, entonces, que el meteoro de anteanoche describiese en el firmamento hacia la derecha de la estrella polar, una curva como un espira ó trozo de hélice?

¿Cómo explicar también que la estela luminosa que marcó su trayectoria, en lugar de ser casi instantánea, permaneciese visible por más de una hora?” (El Imparcial, domingo 18 de octubre de 1903)

Se han descrito meteoros con trayectorias curvas, sinuosas, onduladas y espirales. Las trayectorias curvas suelen ser las más comunes. Las sinuosas, onduladas y espirales son debidas a efectos de perspectiva y a ilusiones ópticas.

La persistencia de las estelas de los bólidos, por lo general suele ser de pocos segundos pero hay casos en los que éstas duran algunos minutos, a veces media hora y, en ocasiones, hasta más de una hora.

Por lo tanto, el bólido de Madrid, aparecido en 1903, no tiene nada de misterioso y no se trató de un OVNI, como algunos creen. Pero eso sí, fue un fenómeno celeste muy llamativo y espectacular.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

El ataque a Fortaleza de Itaipú

Esta breve entrada está dedicada a un caso brasileño considerado como de alta credibilidad. Se trata del incidente de Fortaleza de Itaipú, ocurrido el 4 de noviembre de 1957, donde un OVNI produjo quemaduras a dos soldados. El relato de lo sucedido pueden leerlo en este sitio.



El desenlace de las pesquisas realizadas por el estudioso Edison Boaventura Júnior me ha parecido tan interesante e instructivo que no he podido evitar mencionarlo en esta bitácora. La investigación de Boaventura pueden verla aquí y aquí.

Estas cosas suelen ser habituales en el mundo de los ovnis, territorio donde el fraude campa a sus anchas, y casos que parecían irreductibles al final se descubren sus secretos y sale a relucir la inevitable realidad.