martes, 25 de septiembre de 2007

Una imagen sospechosa

El día 14 de julio de 1976, La Gaceta del Norte publicaba, en primicia, una de las fotografías obtenidas a un ovni, sobre los cielos de Bilbao, por Cecilio hijo (fotógrafo del mencionado periódico). La toma la hizo el martes 6 de julio desde su domicilio en Lejona.


Hacia las 22:20 horas locales, el fotógrafo fue avisado de que en el cielo había un objeto de potente luminosidad blanca. Cecilio, después de observarlo durante algunos minutos, cogió su cámara y le acopló un teleobjetivo de 400 mm. Utilizó película en blanco y negro (Tri-X), varias diapositivas (película Ektachrome) y trípode. Hizo seis fotos y las exposiciones fueron entre 1 y 45 segundos (estas ultimas salieron trepidadas) y 6.3 de abertura del diafragma.

El objeto permaneció inmóvil, durante una hora, hacia la zona de Portugalete.

“...El cielo estaba totalmente nublado y no se veía una sola estrella. ‘Aquello’, por tanto, tenía que estar por debajo de la capa de nubes (?). Esta circunstancia fue la que nos llamó la atención...”

“...Yo creo que tendría un tamaño algo menor que la Luna.”
(J.J. Benítez, La Gran oleada, pp. 76 y 77)

Ni en la noticia periodística ni en el libro se indica cómo desapareció el “ovni”. ¿Se esfumaría tapado por las nubes?

Por la forma, por el tamaño que tiene en la foto, por la posición (vertical), por el color y por el tamaño aparente que tenía a simple vista, el supuesto ovni recuerda, patentemente, a la Luna. Si miramos las efemérides astronómicas para esa noche, resulta que nuestro satélite natural estaba en el cielo cuando se hicieron las fotografías. A continuación pueden ver la fase que tenía la Luna el día 6 de julio de 1976, hacia las 23:00 horas, y compararla con la imagen de la fotografía de Cecilio hijo.



La Luna semioculta por las nubes suele ser, en ocasiones, llamativa (como recordarán, el cielo estaba totalmente nublado) y de hecho, ese evento fue lo que llamó la atención de los observadores. Por otra parte, supongo que nuestro satélite no fue visto por el fotógrafo (no se indica nada al respecto) y, como he expuesto antes, esa noche estaba en el cielo.

Para finalizar, decir que llama la atención la colocación del supuesto ovni en la foto. En la noticia de La Gaceta del Norte se publica en posición vertical. Sin embargo, en La Gran oleada la fotografía se divulga rotada 90º a la izquierda (o sea, el objeto luminoso se muestra en posición horizontal). ¿Se trata de una errata en la edición del libro? o ¿Se hizo ese giro para que la imagen se pareciese más a un ovni?

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Y los "ovnis" aparecieron en el mismísimo Bilbao

La oleada ovni seguía en pleno apogeo y los misteriosos objetos voladores (naves de exploración extraterrestes, según la prensa local) se aproximaban, con insistencia, a las grandes urbes.

La Gaceta del Norte, del miércoles 14 de julio de 1976, publicaba varias observaciones efectuadas en los cielos de Bilbao. La primera acaeció el domingo día 4 de julio hacia las 0:45 horas locales y según el citado diario:

“...un total de tres testigos nos confirmaban la presencia de un gigantesco ovni, en forma de media luna, sobre la vertical del barrio de Recaldeberri y monte Arraiz, muy próximo a Bilbao...”

“...Era mucho mayor que la luna y con una luz amarillenta muy fuerte. Pudimos verlo por espacio de más de cinco minutos. Se alejó en dos ocasiones y regresó nuevamente hasta situarse por encima de las casas o en las proximidades de las laderas del monte Arraiz. No hacía ruido y se mantenía en una posición inclinada.”
(El resaltado es mío)

Los observadores vieron el “ovni” desde un sexto piso de la calle Prolongación de Zabala.

Como el lector ya habrá descubierto, este avistamiento es otro ejemplo evidente de confusión con nuestro satélite natural.

A pesar de la exigua información que dio el periódico, la descripción del ovni, y otros detalles, coincide plenamente con la visión de la Luna (ver el texto resaltado en negrita). En la madrugada del día 4 de julio de 1976, a la hora del avistamiento, nuestro satélite era visible a poca altura. A las 0:45 horas (GMT+2) tenía un azimut (origen el Sur) de 80º 24’ (ubicado cerca del Oeste), una altura de unos 4º sobre el horizonte y estaba en fase de cuarto creciente (media Luna). Su ocaso se produjo a las 1:11 horas.


La Luna, a las 0:45 horas del 4-7-1976

Como se puede ver en el mapa de la zona (Cartografía militar de España. Serie L. Escala 1:50.000. Hoja nº 21-5), si trazamos el azimut de la Luna desde el punto donde estaban situados los testigos (Prolongación de Zabala) la línea pasa por encima de Rekaldeberri y por las proximidades del monte Arraiz. Los alejamientos del “extraño objeto” podrían ser una ilusión provocada, probablemente, por las nubes. Nuestro satélite al ser tapado por estas, progresiva y parcialmente, va disminuyendo su tamaño aparente dando la sensación de que se aleja. Además, al estar tan cerca del horizonte se ve mucho más grande de lo normal y suele ser muy llamativa.


Acimut de la Luna a las 0:45 horas locales

Por otra parte, los testigos no vieron a la Luna (o no se menciona ese dato en la crónica de prensa), que estaba ubicada, precisamente, en el mismo punto del cielo que el ovni. Por último, señalar que resulta insólito que solamente tres personas (que estaban juntas) vieran el supuesto ovni “gigantesco” en una ciudad tan densamente poblaba como Bilbao.

martes, 4 de septiembre de 2007

¿Extraterrestres en Matapozuelos?

En esta entrada voy a exponer, brevemente, un suceso ocurrido en la primavera de 1976 que, a primera vista, parecía una aproximación de los tripulantes de los ovnis o un inicio de contacto con los humanos. Pero, un grupo ufológico de la zona investigó el caso y descubrió que fue una invención del joven protagonista del suceso.

El día 30 de julio de 1976, La Gaceta del Norte publicaba la noticia de un singular aterrizaje en la citada localidad vallisoletana, acaecido en el mes de abril de dicho año. El testigo fue un muchacho de 14 años de edad.


Hacia las 23:00 horas de un día indeterminado del mes de abril de 1976, F.H.R. se topó (en un prado a las afueras del pueblo) con un objeto discoidal de diez metros de diámetro y tres seres de más de dos metros y medio de altura. El chico permaneció con aquellos seres entre quince minutos y media hora. Entre otras cosas, los tripulantes de la nave le preguntaron que eran unas plantas que había por allí (eran patatas) y para qué servían. Luego, los humanoides entraron en el ovni, que se elevó hasta desaparecer en el cielo.

El periodista comentaba en su artículo:

“El lugar, en suma, presentaba todas las características para un aterrizaje. Según pude comprobar, las altas hierbas del prado –que no es utilizado para el cultivo- se encontraban todavía como aplastadas. Como si en el lugar, en efecto, se hubiera posado algún artefacto muy pesado.”

“...Pero a pesar de las numerosas preguntas que le formulé, el joven no cayó en una sola contradicción...”

Sin embargo, y como suele ocurrir por regla general cuando alguien va a comprobar un caso ovni singular, la sorprendente historia se quedó en agua de borrajas. El grupo Charles Fort de Valladolid realizó una serie de pesquisas in situ y según unas notas manuscritas de J.M. Macías, director de la citada agrupación, fechadas el 26 de abril de 1985: “Este chico reconoció años después que aquello no había sido cierto.”

Recogieron estos datos del maestro del chico: “Escaso rendimiento, postura líder ante los jóvenes, aficionado a los cómics y a la ciencia-ficción. Al parecer, en reiteradas ocasiones ha contado haber presenciado descensos de platillos volantes, en los que los ocupantes le hacían preguntas sobre los aspectos cotidianos de la vida rural.”

Según las averiguaciones que el grupo realizó sobre el terreno, se le apreciaron contradicciones y no reconoció, en principio, que fuera un fraude. (Información facilitada por Vicente-Juan Ballester Olmos)