jueves, 21 de diciembre de 2006

Un agricultor vasco a punto de descifrar el misterio de los "platillos volantes"

Para entender esta asombrosa historia hay que situarse en el otoño de 1954, año de la famosa oleada gala, y en la localidad vasco-francesa de Mendionde (Pyrénées-Atlantiques). El avistamiento se produjo el jueves día 7 de octubre del mencionado año y el testigo fue un vecino de la citada localidad.

El relato apareció publicado, inicialmente, en el diario Sud-Ouest del día 9 de octubre de 1954. El Diario Vasco, del martes día 12, reseñó lo siguiente sobre el insólito suceso:

“Esta vez ha sido un casero vasco, el señor Manes Guesurtia de la casa Harrohandia, quien ha estado a punto de descifrar el enigma de las extrañas aeronaves. Su sorprendente relato es, sin quitar punto ni coma, el siguiente: Anteayer jueves, cuando se dirigía a su trabajo, vio en medio de un prado, un extraño objeto que de lejos tenía forma de una seta. Al acercarse pudo comprobar que no era uno sino dos los aparatos de color rojo y de unos dos metros de diámetro y junto a ellos había dos hombrecillos no mayores de ochenta centímetros. Al ser descubierto por éstos le hicieron señas para que se acercara, balbuciendo algunos sonidos ininteligibles. Luego le mostraron uno de los aparatos gesticulando como si le invitaran a entrar en él.
Los pequeños tripulantes se metieron en el otro que, sin hacer ruido, despegó del suelo de forma vertical. El señor Guesurtia se dirigió al aparato pudiendo ver dentro de él a un tercer hombrecito pero la puerta de entrada se cerró bruscamente y el aparato se lanzó al espacio en la misma forma que el anterior. Los dos objetos se detuvieron un instante encima de Ursuya, desapareciendo luego con dirección Este.
Guesurtia puso el hecho en conocimiento de sus vecinos los que, examinando el lugar donde habían estado posadas las misteriosas máquinas, comprobaron que la hierba del prado aparecía machacada y amarillenta.

El señor Guesurtia, dice la información que acabamos de traducir, no ha salido aun de su asombro.”


Ilustración del caso de Cennina (Italia), 1-11-1954

Gerard Barthel y Jacques Brucker, autores de La grande peur martienne (1979), encontraron este relato plausible dentro del contexto ufológico y, además, había huellas en el terreno que daban más credibilidad a la narración. Se dirigieron a la localidad donde ocurrieron los hechos y preguntaron a los lugareños por esa historia. Éstos no recordaban el suceso y los dos estudiosos se dirigieron al ayuntamiento de Mendionde. Allí, una empleada sonrió al leer el relato y luego estalló en carcajadas. El señor Guesurtia no había habitado jamás la comunidad y la casa Harrohandia no había existido nunca. Les dijo que gezurtia, en euskera, significa ¡mentiroso! y harrohandia, ¡bocazas!

Barthel y Brucker fueron al país vasco, según cuentan, para nada. Su decepción la compensaron degustando la gastronomía de la zona.

martes, 5 de diciembre de 2006

Una conjunción planetaria convertida en un fenómeno OVNI

Durante las noches del mes de junio del año 1991 podía observarse a simple vista, en el firmamento, y hacia el oeste, una triple conjunción Venus-Júpiter-Marte. Este fenómeno celeste poco habitual, como era de esperar, llamó la atención de la gente y en la noche del día 24, lunes, dos patrullas de la Policía Nacional y vecinos de Aranda de Duero (Burgos) vieron extraños objetos luminosos en el cielo que consideraron que podría tratarse de ovnis. Diario 16 de Burgos, del miércoles día 26, publicó la siguiente información sobre el suceso:


Cortesía de V-J Ballester Olmos


Se trata de un caso corriente y poco espectacular. Si lo traigo a esta bitácora es por varios motivos:

1º.- La observación de una conjunción astronómica es descrita como una aparición de ovnis por varios autores especializados en la divulgación e investigación ufológica.
2º.- Es un avistamiento perfectamente explicado.
3º.- Un servidor también observó y fotografió los citados “ovnis”.
4º.- Es un ejemplo ¡MUY EVIDENTE! de confusión con astros brillantes.

En el libro Encuentros la historia de los O.V.N.I. en España, de Iker Jiménez, se incluye el caso en el capítulo 31, que se titula:

“1990-1991. Encuentros demasiado cercanos” (sic)

Y se relata el caso de esta forma:


“TESTIGO: LA POLICIA NACIONAL

Aranda de Duero (Burgos), 26 de junio de 1991, 23:30 horas

La población de la industriosa localidad castellana de Aranda de Duero quedó perpleja ante la aparición de tres cuerpos luminosos perfectamente delimitados que hacían extraños movimientos en el cielo. Según informaba en su crónica Juan Carlos No
toria, redactor del Diario 16 de Burgos, los sucesos concentraron a decenas de arandinos en la zona oeste de la localidad, en un lugar ocupado por las obras de construcción de un nuevo y moderno puente sobre el caudal del rió Duero.
Los primeros en percatarse del extraño fenómeno fueron dos patrullas de cuatro efectivos de la Policía Nacional que transitaban por el lugar en una misión específica de vigilancia. Tras dar aviso por radio de la incidencia se personaron otros miembros del Cuerpo para observar los supuestos ovnis entre el gentío allí reunido. Según testimoniaron los policías, eran tres los artefactos visibles, uno de ellos emitía un brillo más potente que el resto, y en perfecta formación triangular se mantuvieron estáticos hasta que comenzaron a alejarse hacia el oeste.
Al final, tras unos minutos de observación, los agentes confirmaron qu
e los tres objetos perdieron brillo y desaparecieron del lugar. A la mañana siguiente el suceso fue comentado en toda la población, un lugar no habituado a estos extraños incidentes.” (páginas 270 y 271)

Se puede advertir que la observación se fecha el día 26 de junio de 1991, dato que es incorrecto como veremos después, y se ignora que se trató de una conjunción planetaria.

Este avistamiento también es mencionado en el “primer documento” sobre el fenómeno ovni entregado al gobierno español titulado: El fenómeno OVNI ante la ciudadanía española, de Gabriel Gomis Martín.

En el apartado: “17.- Avistamientos de fenómenos aéreos no identificados, FANIS y objetos voladores no identificados, OVNIS en España”, se dice:

“26 de junio de 1991 Aranda de Duero

A las 23:30 son observados tres OVNIS luminosos sobrevolando Aranda de Duero. Entre los testigos se encuentran dos patrullas de la Policía Nacional.”


Como comprobaremos a continuación, se comete el mismo error de fecha, se dice que los “ovnis” sobrevolaron la ciudad cuando en realidad los tres “objetos luminosos” se mantuvieron inmóviles durante la observación y, nuevamente, se ignora la explicación.

La crónica del caso fue publicada por el Diario 16 de Burgos el miércoles 26 de junio y el periódico data la observación el ¡LUNES día 24!



Además, no había que romperse mucho la cabeza para descubrir la explicación del caso. Sólo bastaba con leer la noticia de prensa, ya que, el esclarecimiento del avistamiento venía incluido en la misma.



A continuación transcribo el “parte de incidencias” donde se reflejó lo observado por la dotación del vehículo radiopatrulla la citada noche (24-6-1991):

“A las 23:30 horas, y desde la Avda. de Portugal, se da cuenta a la Sala de la presencia en el espacio de tres focos luminosos, de distinto tamaño, que permanecieron inmóviles. A los 40 minutos, aproximadamente, comienzan a desplazarse muy lentamente dirección Roa (dirección oeste) hasta perderse en el horizonte.” (Información facilitada por V-J Ballester Olmos)

Por otra parte, un servidor tuvo la oportunidad de ver y fotografiar los citados “ovnis” en la noche del 11 de junio de 1991, hacia las 23:18 horas desde mi domicilio y apuntando la cámara hacia el oeste. Utilicé un objetivo de 80 mm, trípode, cable disparador, película de 200 ASA y tres minutos de exposición.



Como hemos visto, ésta es una buena muestra de cómo, en ocasiones, los planetas más brillantes juegan malas pasadas, incluso a los propios ufólogos.

Por último, algunos acérrimos incondicionales de los ovnis se asombran e incluso les hace gracia las explicaciones astronómicas y lo único que argumentan contra ellas, aparte de proferir insultos, es que, los testigos no pueden confundirse con Venus o Júpiter porque estos planetas son de sobra conocidos, ignorando olímpicamente los errores de percepción, las ilusiones, las condiciones de la observación, las creencias y expectativas del observador, el efecto investigador, la influencia de los medios de comunicación, etc. Espero que el ejemplo mostrado en este artículo les haga reflexionar.