viernes, 25 de agosto de 2006

"Encuentro cercano" y pérdida de la orientación

Paso a examinar, a continuación, otro de los casos que se relata en el libro mencionado en la entrada anterior (Huellas de otra realidad, de Gonzalo Pérez Sarró). Como tiene información suficiente, voy a intentar explicarlo. La observación ocurrió un día indeterminado del mes de noviembre de 1993, hacia las diez de la noche, entre las poblaciones cacereñas de San Vicente de Alcántara y Valencia de Alcántara.

El avistamiento, como veremos, tiene todos los elementos clásicos de una “persecución” lunar. Sospechando la participación de nuestro satélite en el incidente, he comprobado las posiciones del astro (a las 22:00 horas locales) durante el mes de noviembre del citado año y he localizado una noche donde la Luna se encontraba en la ubicación oportuna para provocar la confusión. Ese día es el: ¡18 de noviembre!

El cielo mirando hacia WSW a las 22:00 horas

En mi opinión, esa fecha es la más probable del avistamiento puesto que nuestro satélite se encontraba cerca de la fase de cuarto creciente, a poca altura del horizonte y en la dirección señalada por los observadores.

A las 22:00 horas (GMT+1) del 18 de noviembre de 1993, nuestro satélite tenía un azimut de 60º 53’ (ubicado hacia el WSW) y una altura sobre el horizonte de 8º 30’. El ocaso del astro se produjo a las 22:56 horas. Como se puede comprobar en el mapa de la zona, la Luna estaba situada a la izquierda de los observadores.

Azimut de la Luna al inicio y final de la observación

Éstos se dirigían en coche, por la autonómica 110, hacia Valencia de Alcántara. A unos dos kilómetros de San Vicente de Alcántara, a la hora indicada anteriormente, el conductor observó: “...a muy baja altura, una estrella situada a su lado izquierdo.” (Huellas de otra realidad, pág. 97).

El acompañante: “...tras inclinar su cuerpo todo lo que pudo para ver por la ventanilla de Mariano, observó algo extraordinario.

--¡Joder, si eso no es una estrella! ¿Cómo va a ser una estrella si va pegado al suelo y es enorme? (pág. 97).

El conductor, cuando tuvo oportunidad de mirar, vio lo siguiente: “Allí descubrió una luz anaranjada, nebulosa, tenue, que cerca del suelo, como a unos seiscientos metros de él, se desplazaba en el mismo sentido que su vehículo.” (pág. 98).

El insólito fenómeno les acompañó durante todo el trayecto de vuelta a casa: “Aquel chisme parecía estar atado a nosotros, porque hacía lo mismo que nuestro coche –me comentaba Antonio-. Cambios de velocidad, giros en las curvas, desniveles del terreno, todos, absolutamente todos los movimientos que realizaba el Ford los efectuaba él, pero no con un cierto retraso, esto es lo más extraño, sino exactamente al mismo tiempo. Parecía unido a nosotros.” (pág. 98).

El acompañante pudo fijarse en más detalles: “Afirma que volaba a unos ocho metros del terreno, tenía forma de zeppelín con una longitud aproximada de 15 ó 20 metros. Parecía estar formado en su mayor parte por una especie de materia gaseosa, “como niebla”, según lo definía el de Valencia de Alcántara. En su base pudo apreciar con nitidez un cuerpo también ovalado, pero este de clara naturaleza sólida.” (pág. 98)

Aspecto de la Luna el 18-11-1993

Cuando llegaron al cruce con la Nacional 521, el ovni se colocó frente al automóvil: “...el ovni abandonó la actitud de realizar nuestros mismos movimientos y se elevó colocándose delante del coche, pero seguíamos él y nosotros en movimiento.” (pág. 100)

Los testigos circulaban en ese momento por una gran recta y se cruzaron con una moto: “Entonces, aquel “chisme” pareció advertir la presencia del motorista y se elevó, sin ningún ruido, alejándose...” (pág. 100)

“El objeto no se marchó, permaneció estático frente a ellos sobre una ermita que se mantiene iluminada toda la noche. Mientras, los testigos lo observaban desde fuera de sus coches. Transcurridos unos diez minutos, el ovni se puso de nuevo en movimiento, perdiéndose en la lejanía, en dirección a Portugal.” (pág. 100. El resaltado en negrita es mío).

En principio, la experiencia puede parecer una asombrosa persecución por parte de un extraño objeto volador. Sin embargo, como hemos visto, en el relato de la observación aparecen los componentes típicos de una confusión con la Luna. Resaltados en negrita podemos ver los más evidentes. Al inicio del avistamiento, los testigos ven el ovni hacia su izquierda (la Luna se encontraba, el día 18, a la izquierda de los observadores: WSW). El “insólito” objeto les acompaña hasta el cruce con la N-521, imitando sus movimientos (paralaje del movimiento). Se producen, también, los clásicos errores de percepción de distancias y tamaños.

Al llegar al citado cruce con la N-521 el “ovni” se sitúa delante de los testigos. Como se puede apreciar en el mapa, desde el citado cruce hasta Valencia de Alcántara la carretera tiene una orientación aproximada de NE-SW, coincidente con el azimut de nuestro satélite. Por lo tanto, en ese tramo, tenían a la Luna delante de ellos y sobre la carretera.

La casual aparición de un motorista en sentido contrario, que coincidió con la aparente elevación del “ovni”, es interpretada por el autor del libro como algo extraño: “Algo me dice que este motorista que apareció de la nada, en pleno tramo recto, es “mucho” motorista. Existen nuevas vías de averiguación que iniciar, serios indicios para interrogarse acerca de la verdadera naturaleza de este “espantaovnis”. De momento he de dejarlo en este punto. La investigación continúa.” (Pág. 101)

También, se menciona cierta desorientación de los testigos en parte del trayecto. Hay que decir que los observadores estaban muy alterados: “El ambiente en el interior del automóvil ya era muy tenso, al borde de la histeria...” “...El pánico se adueñó de aquellos dos hombres que ya hablaban con gritos...” (pág. 99). En esas condiciones es muy fácil perder la orientación y no saber cuanto falta para llegar al destino.

El “ovni” desapareció en dirección a Portugal. Como se puede comprobar en el mapa, el azimut de la Luna apunta hacia el citado país.

Este es otro caso más para incluir en la larga lista de confusiones con nuestro satélite natural. En esta ocasión, la falta del día de la observación no ha sido un obstáculo serio a la hora de explicarlo ya que, los numerosos elementos descriptivos que contiene el relato revelan claramente la naturaleza real de lo observado.

lunes, 14 de agosto de 2006

Ambulancia "perseguida" por un extraño fenómeno aéreo

Con el presente artículo doy un salto hacia adelante en el tiempo y me sitúo en el año 1984. El motivo, un libro que encontré curioseando en una librería donostiarra. Se titula: Huellas de otra realidad. Crónicas de hechos inexplicables (Edaf, Madrid 2006). Autor: Gonzalo Pérez Sarró. La obra pertenece a la colección: “El archivo del misterio de Iker Jiménez”.

Ojeando el citado libro encuentro un capítulo (el 3) dedicado a los ovnis: “Valencia de Alcántara: 18 años de oleada ovni”. De los temas que trata el citado trabajo sólo tocaré lo relacionado con el asunto ovni. He revisado algunas de las observaciones que incluye, donde la información es suficiente, y me he encontrado con las clásicas persecuciones o escoltas cercanas. Por lo tanto, no he podido resistir la tentación y he realizado un examen más exhaustivo (hasta donde dejan los datos proporcionados por el libro) de esos avistamientos. Lo que he hallado lo iré mostrando en esta bitácora.

El autor del libro dice en varias ocasiones: “caminar en busca de la Verdad”. Sin embargo, el título de la obra ya nos da una pista de por donde se dirigen los pasos del buscador de lo misterioso. Considero que no hay “hechos inexplicables”. A mi juicio, unos sucesos por muy extraños que sean siempre tendrán alguna explicación. Que, en el caso que nos ocupa, estén sin explicar no significa que sean inexplicables. Serán unos incidentes inexplicados hasta que venga alguien con un dato nuevo o que no se había tenido en cuenta hasta ese momento y los explique.

Volviendo a los avistamientos del libro, comenzaré con el ocurrido el día 20 de junio de 1984 entre Valencia de Alcántara y Cáceres. En un listado de casos resumidos (pp 81-87) se dice lo siguiente sobre el suceso (caso 31):

“20-06-1984 Objeto anaranjado con forma de media luna que voló delante de una ambulancia durante el recorrido de unos ocho kilómetros. Su luz fue aumentando de intensidad a medida que avanzaba. Llegó a estar a unos sesenta metros de distancia del automóvil y casi a ras del suelo. De repente desapareció.” (pág. 84)

A continuación voy a transcribir los pasajes más importantes del hecho:

“Era el 20 de junio, sobre las tres de la madrugada. Ángel trasladaba en su ambulancia a una familia desde Valencia de Alcántara hasta el hospital de Cáceres, un matrimonio y su hijo de corta edad que precisaba atención en aquel centro...” (pág. 92)

“El viaje continuó con normalidad hasta llegar a las proximidades del pueblo de Aliseda. En un paso a nivel del tren, Ángel vio algo extraño que no quiso comentar...” (pág. 92)

“...María, que ahora viajaba al lado del chófer, gritó mientras lo golpeaba en la rodilla: “¡Mira, mira aquello!”. Se trataba de una enorme “luna” anaranjada que los acompañaba en el viaje. Ángel, azarosamente, intentaba explicar que él, aunque fugazmente, ya había notado su presencia momentos antes.” (Pág. 93)

Desde ese momento y durante ocho kilómetros fueron escoltados por el insólito objeto. Al coronar un cambio de rasante se toparon de frente con el “ovni”:

“...Aquel inoportuno acompañante se encontraba ahora en medio de la calzada, casi tocando el suelo, pero gracias a Dios, desplazándose en el mismo sentido que el vehículo de Ángel y conservando la misma distancia siempre. Ahora su color era diferente, había cambiado del anaranjado a un blanco resplandeciente. Desprendía tal luz que iluminaba toda la carretera y se podían ver perfectamente los campos adyacentes. El tamaño de la esfera, aunque difícil de precisar, Ángel afirma que superaba claramente el metro de diámetro...” (pp. 93-94)

Sobre la distancia a que estaba el “ovni” en esos momentos se dice:

“...Los sesenta metros de separación, a Ángel Garlito se le antojaban escasos y peligrosos...”(Pág. 94)

Comentarios de Ángel Garlito:

“...Con el objeto luminoso delante, intenté mantener la velocidad en 80 km/h, sin embargo, era difícil porque en ocasiones tenía que frenar ante la existencia de curvas peligrosas, y esto era lo sorprendente, la extraña luz hacía lo mismo, con exacta medida y a la par que la ambulancia.” (Pág. 94)

“Cuando alcanzaron el cruce de la carretera de Arroyo de la Luz, el objeto comenzó a distanciarse, elevándose, hasta desaparecer...” (Pág. 94)

El día 20 de junio de 1984, a las 3:00 horas locales (GMT+2), la Luna era visible hacia el ESE (azimut 291º), tenía una altura sobre el horizonte de unos 7º (el orto se produjo hacia las 2:18 horas) y estaba cerca de la fase de cuarto menguante (fracción iluminada: 0.636). Como podemos comprobar en un mapa de la zona, la carretera tiene, en el tramo donde apareció el “ovni”, una orientación aproximada de Oeste-Este. Por lo tanto, la ambulancia miraba hacia el Este y los observadores tenían a nuestro satélite o un poco a la derecha o frente a ellos, dependiendo del trazado de la carretera. Sin embargo, los testigos no vieron a la Luna. Vieron un objeto extraño que les escoltaba. No se indica el estado del cielo durante la observación. Probablemente, nubes bajas o bruma dieron a nuestro satélite un aspecto insólito que confundió a los observadores.


20-6-1984, el cielo mirando hacia el ESE a las 3:00 horas

La posición y las descripciones que se dan del “ovni” no dejan lugar a dudas: Objeto ubicado en el mismo punto del cielo que nuestro satélite, con forma de media luna (Luna casi en fase de cuarto menguante), color anaranjado (el clásico cuando nuestro satélite está cerca del horizonte), que imita los movimientos de la ambulancia (paralaje del movimiento), etc. El tamaño y distancias indicadas por los observadores se explican desde los errores de percepción e ilusiones.


Azimut de la Luna y posición de los testigos al inicio del caso

La desaparición del "ovni" pudo ser provocada por la orografía de la zona o por probables nubes que fueron ocultando a nuestro satélite hasta hacerlo desaparecer.


Fase de nuestro satélite el día 20-6-84

Conclusión: Como estamos viendo a lo largo de los artículos publicados en este blog, en este tipo de avistamientos aparecen invariablemente los mismos elementos y características que revelan la naturaleza real de lo observado. En el caso que hemos visto hoy resulta, en mi opinión, bastante clara la explicación lunar y es otra muestra más de esta clase de confusiones.