viernes, 11 de noviembre de 2005

Un regalo del cielo

En un artículo de Cristina Ramos, publicado en Revista Investigación, se muestra una fotografía con los trazos dejados, en la película, por dos puntos luminosos extraños. La toma se hizo en Mijas (Málaga) sobre las 11 de la noche, de una noche de verano del año 2002. La autora de la nota compara su fotografía con unas trazas de radar obtenidas en Toulouse (Francia), también, en 2002 y se pregunta:

¿Fue lo mismo aquello que se vio en Mijas y Toulouse en el 2002?

Entre mis fotos tengo una que es similar a la del artículo mencionado anteriormente. La conseguí con película de 400 ASA, objetivo de 80 mm y una exposición de entre 15 y 20 segundos.


La fotografía corresponde al planeta Venus y el trazo que dejó en el negativo no fue producido por los movimientos del citado astro. La película registró los movimientos involuntarios de la cámara, durante el tiempo que duró la exposición, ya que la foto la hice con la máquina fotográfica en las manos y apoyando los codos en la ventana.

Los trazos registrados en la película de Mijas tienen todas las caracteristicas de haberse conseguido de la misma forma pero con menos tiempo de exposición.

En mi opinión, muy probablemente lo que se vio y fotografió en Mijas es lo mismo que yo retraté. A pesar de que en el relato del caso malagueño no se cita la fecha del avistamiento, he localizado en las noches de mediados de junio del año 2002, hacia las 23:00 horas locales, a Venus y a Júpiter ubicados en el cielo (hacia el oeste-noroeste) en la misma posición que ocupan los trazos de la foto de Cristina Ramos.


Coinciden la posición y el brillo. Como se puede apreciar en la foto de Cristina, el trazo izquierdo superior es algo más brillante que el trazo inferior derecho. En la carta celeste puede verse en la parte superior a Venus, con una magnitud de –3.8, y en la parte inferior a Júpiter, con –1.9 de magnitud.

La aludida carta celeste corresponde a la noche del 10 de junio del año 2002 a las 23:00 horas locales (GMT+2) y la separación angular de los dos planetas citados era, en ese momento, de 6º 56’. Una separación angular que entra perfectamente en el campo de visión de un objetivo fotográfico.

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